En el mundo del marketing digital, no basta con tener un buen producto o una gran idea. Hoy, más que nunca, es esencial entender a quién le estamos hablando. Nos enfrentamos a un ecosistema de audiencias múltiples donde conviven distintas generaciones con formas muy diferentes de pensar, informarse y decidir. Esta diversidad no solo representa un reto, sino también una gran oportunidad: si logramos comprender las particularidades de cada generación, podremos diseñar estrategias de comunicación más efectivas, humanas y conectadas con la realidad de quienes nos leen o nos ven.
En este artículo quiero hablarte de esas cuatro generaciones que hoy toman decisiones de compra, ocupan puestos estratégicos o fundan negocios. Entenderlas a fondo es el primer paso para adaptar nuestras estrategias digitales y dejar atrás los mensajes genéricos que no resuenan con nadie.
Baby Boomers (1946 – 1964)
Esta generación nació después de la Segunda Guerra Mundial, en un contexto de esperanza y reconstrucción. Hoy, los Baby Boomers siguen siendo la generación con mayor poder económico per cápita. En Ecuador, muchos de ellos son los fundadores y actuales propietarios de empresas familiares. De hecho, estas empresas representan el 91% de las firmas privadas formales, generan el 65% del PIB y el 60% del empleo (Goncalves, 2024).
Están en una etapa de transición: muchos aún no se jubilan debido a una mayor expectativa de vida y mejores condiciones de salud, pero ya están comenzando a entregar la posta a las siguientes generaciones. Desde el punto de vista del marketing digital, es una generación más tradicional, que valora el contacto directo, la confianza construida con el tiempo y la trayectoria de las marcas. No son usuarios activos de redes sociales, por lo que es importante considerar canales como el correo electrónico, los encuentros presenciales o materiales impresos con contenido claro y estructurado.
Generación Y o Millennials (1981 – 1996)
Esta es la generación que hoy domina el mercado laboral y el consumo digital. Vivieron su adolescencia con la llegada del internet, crecieron con las redes sociales y han integrado la tecnología en todos los aspectos de su vida. Prefieren experiencias por sobre la acumulación de bienes y tienden a confiar más en las recomendaciones de sus pares que en la publicidad directa de las marcas.
Investigan antes de comprar, comparan precios, buscan opiniones y están completamente acostumbrados a hacer transacciones digitales. Valoran marcas auténticas, con propósito, que les hablen de forma cercana y transparente. Instagram, TikTok y YouTube son sus medios favoritos, pero también responden a estrategias de email marketing si están bien personalizadas y orientadas a aportar valor.
Generación Z (1997 – 2009)
Son los verdaderos nativos digitales. Para ellos, no existe diferencia entre lo online y lo offline. Usan múltiples pantallas al mismo tiempo y consumen contenido rápido, visual y personalizado. Esperan que las marcas entiendan su lenguaje, sus valores y su manera de ver el mundo.
Son una generación muy consciente de los problemas sociales y ambientales, por lo que no se conectan con marcas que no tengan un propósito claro o que no actúen de forma coherente. Buscan autenticidad, entretenimiento y relevancia. TikTok, Instagram y los formatos breves como los Reels o Shorts son sus medios naturales.
Estrategias digitales más humanas y flexibles
Como ves, no hay una única receta. Cada generación tiene una historia distinta, con intereses, necesidades y expectativas únicas. Por eso, las estrategias de marketing digital no pueden seguir siendo genéricas. Debemos definir con claridad cuál es nuestro producto, a qué público apunta, y desde ahí, construir mensajes que hablen en el lenguaje correcto, en el canal adecuado y en el tono más auténtico posible.
Esto aplica incluso en el marketing B2B, donde las decisiones no las toma una sola persona, sino varios actores de diferentes edades. Por ejemplo, si estás vendiendo software de gestión a un centro de revisión técnica vehicular (como los que atendí en proyectos con LEAL Importaciones), quizás el dueño (baby boomer) busca estabilidad y trayectoria, pero el gerente de operaciones (generación X o Y) espera eficiencia, digitalización y casos de éxito. Entender sus perfiles generacionales es clave para hablarles con intención y efectividad.
Además, la segmentación no termina en la edad: cada generación prefiere distintos canales y estilos de comunicación. No basta con estar en redes; hay que estar donde está tu audiencia y adaptar el mensaje a su contexto. Eso implica optimizar el contenido, ser relevantes, consistentes y, sobre todo, flexibles.
Cada generación es un universo más complejo de lo que parece
Aunque en este artículo hemos hecho un recorrido ágil por algunas de las características clave de estas cuatro generaciones, lo cierto es que cada una encierra una diversidad interna mucho más profunda. No basta con definirlas por el año de nacimiento o su relación con la tecnología. Dentro de cada grupo conviven múltiples realidades según el contexto cultural, el nivel educativo, el entorno profesional y las experiencias de vida.
Esto implica que las estrategias de comunicación no solo deben segmentar por edad, sino también considerar los valores, los miedos, las motivaciones y las formas de tomar decisiones que caracterizan a cada segmento generacional. Por ejemplo, no todos los millennials consumen TikTok ni todos los baby boomers rechazan el comercio electrónico. Los equipos de marketing o las agencias que gestionan la comunicación deben ir más allá de la superficie y profundizar en el comportamiento real de sus audiencias.
Estudiar a fondo estas generaciones —con herramientas de investigación, escucha activa y análisis de datos— no solo mejora la efectividad de una campaña, sino que también construye relaciones más sólidas y humanas entre las marcas y las personas. Porque cuando entendemos de verdad a quién le hablamos, dejamos de emitir mensajes y empezamos a generar conexiones.
Una reflexión final
Si algo he aprendido en estos años trabajando con marcas de distintos sectores, es que cuando no entendemos a quién le hablamos, comunicamos en vano. Y en un entorno donde convivimos generaciones tan distintas, adaptar nuestro mensaje no es una opción: es una necesidad.
La verdadera estrategia digital no solo se trata de métricas, campañas o funnels. Se trata de empatía, conexión y propósito. Y eso empieza por conocer, de verdad, a las personas que queremos alcanzar.